Domus
La domus era la casa unifamiliar romana de familias con cierto nivel económico, cuyo cabeza de familia llevaba el nombre de dominus. La erupción del Vesubio en el 79 d.C. que sepultó Pompeya ha conservado muchas de ellas en un magnifico estado y ha permitido a los arqueólogos realizar estudios sobre su arquitectura.
Algunas casas de Pompeya están orientadas hacia el interior y no hacia el exterior, carecen de ventanas y la luz y el aire entran por dos áreas centrales entorno a las que se articulan las demás estancias, estas áreas son: el atrio, que tiene abierta la parte central del techo, y el peristilo, parecido a un gran patio columnado. Son normalmente de un solo piso. Y cada espacio está dedicado a un solo uso, ya sea comer (triclinium), dormir (cubiculum), reunirse (tablinum), etc.
Tipos de casas
Domus era el nombre que recibían las casas romanas. Dependiendo de sus características y dimensiones se pueden clasificar en cuatro tipos.
Domus era el nombre que recibían las casas romanas. Dependiendo de sus características y dimensiones se pueden clasificar en cuatro tipos.
-La casa señorial (tipo pompeyano): vivienda particular, ocupada por un solo propietario y su familia.
-La ínsula: viviendas de varios tipos construidas para albergar cierto número de familias diferentes.
-La villa: casa situada en el campo y que podía estar dedicada al recreo, en cuyo caso se llamaba villa urbana, o bien para la explotación agrícola o ganadera, siendo así una villa rústica.
-La casa Pompeyana: Es la casa romana típica, ocupada toda ella, por lo general, por una sola familia y corresponde a la construcción general de la casa pompeyana y a la mención de las casas señoriales que hallamos en los autores.
Partes de la casa
Tras acceder a la casa por un vestíbulo de reducidas proporciones se llegaba al atrio a través de las fauces, elemento característico de la domus, cubierto y con una abertura central llamada compluvium por la que entraba el agua de lluvia que se recogía en el impluvium. El atrio constituía el centro de la vida doméstica, en él se exhibían las estatuas de los antepasados (imagines maiorum) y se hacían ofrendas a los dioses protectores del la domus en el lararium. También tenía lugar en el atrio la salutación a los dueños de la casa. El tablinum (anexo al atrio) era una especie de archivo. Los triclinios (triclinium) eran estancias donde se celebraban cenas y se dedicaban al reposo, los comensales se recostaban sobre los klynai. Los dormitorios se denominan cubiculum. Otras estancias eran la coquina (cocina) y los baños. También existían bodegas subterráneas. A partir del siglo II a.C. comienzan a construirse los peristilos, debido a influencia griega. Eran patios ajardinados rodeados de columnas, éstos iran ganado protagonismo en detrimento del atrio, que pierde su función en el siglo I d.C.
Primero encontramos un zaguán o vestíbulo, del que pasamos a la puerta, subimos el umbral (limen), generalmente de mármol y elevado sobre el plano del vestíbulo y de la calle. A ambos lados los postes que sujetaban la puerta en sí. Tras pasar la puerta hay una habitación, en algunas casas un simple corredor, las fauces.
-El atrio es un gran espacio vacío con una abertura en el techo, el impluvium, por donde entra la luz y el agua de lluvia, que se recoge en una pila o compluvium. Los primeros romanos hacían la vida en el atrio, pero en la época de la destrucción de Pompeya frecuentaban más las habitaciones interiores y sólo queda como recuerdo el altar de los lares, los dioses protectores de la casa y la familia.
-El tablinum es una gran habitación que fue la destinada al padre, y en época clásica hacía las funciones de despacho y sala de reuniones. Está también abierta hacia el peristilo, pero generalmente en invierno esta salida se cierra con grandes paneles de madera que se retiran en verano.
-El cubiculun es donde dormían el amo y su familia. Estaban lujosamente decorados.
-El peristilum era un jardín rodeado de un pórtico, generalmente de dos pisos, sostenido por columnas, a veces tiene una fuente o pilas de agua. En torno al peristilium hay también habitaciones, usadas como comedores o despachos.
-El triclinium se usa para las cenas veraniegas y está en el peristilium (jardín).Cada banco que rodea la mesa es un triclinio, tiene este nombre porque en él se tumbaban (clino) tres personas (tri).El triclinio normal era generalmente de madera o de hierro y se cubrían con colchones, almohadones y sábanas. Fuera de la casa, había muchas estancias adosadas, que generalmente se usaban como tabernas, eran bares, tiendas y negocios de todo tipo.
La pintura romana se divide en cuatro estilos:
- Primer estilo o de incrustaciones:
Tiene origen helenístico y corresponde al siglo II a.C., extendiéndose hasta principios del siglo I a.C. Destaca por su decoración de paredes revestidas de mármol, donde la pared se divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno de Pompeya.
-Segundo estilo o arquitectónico:
Corresponde al siglo I a. C., perviviendo hasta los comienzos del Imperio. Muestra un deseo de abrir los muros a una cierta idea de la perspectiva con el propósito de ofrecer una sensación de profundidad. Para lograr esto incluye las denominadas arquitecturas pintadas sobre entablamentos, columnas, ventanas o nichos, que conducen a un paisaje imaginario. Los mejores ejemplos son la casa de Augusto y la de Livia.
-Tercer estilo u ornamental:
Coincide con la primera mitad del siglo I. En esta fase desaparecen los efectos espaciales arquitectónicos, y la decoración sigue enmarcando cuadros con figuras o paisajes, como los de la villa aparecida bajo la Farnesina en Roma. Hay una menor preocupación por dar profundidad a las escenas, aumentando por el contrario los elementos de carácter decorativo, como ocurre por ejemplo en la casa de Lucrecia. Por no pretender fingir el espacio tridimensional, a este estilo también se le ha llamado “de la pared real”.
-Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico:
Corresponde a la segunda mitad del siglo I a.C., siendo una especie de síntesis de las tendencias anteriores, dominadas por una escenografía fantástica donde se combinan los motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar barroquismo conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas pinturas se les da relieve por medio de estucos. Dentro de este período se sitúa la casa de los Vetti, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos. Pero sin duda, el mejor ejemplo lo encontramos en los frescos de la Villa de los Misterios de Pompeya.
La Villa de los Misterios
La Villa de los Misterios es uno de los edificios suburbanos de Pompeya, situado a unos doscientos metros de la Puerta de Herculano, fuera de los límites de la ciudad. Se trata de una construcción que presenta una disposición armoniosa y singular de sus ambientes y una superlativa colección pictórica. Fue construida en la primera mitad del siglo II a.C. y fue muchas veces remodelada y ampliada. Se presenta como una construcción de cuatro lados circundada por una terraza panorámica. Después del terremoto del año 62 la Villa cambió de propietarios y de usos: de vivienda señorial pasó a establecimiento agrícola.
Los usos finales de esta Casa constituyen el ejemplo de una vivienda de gran lujo unida a una explotación agrícola ganadera. Integrada al paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes, la Villa de los Misterios se muestra muy distinta de las casas encontradas en la ciudad.
Si bien casi todas sus paredes se encuentran decoradas con pinturas, destacan una serie de grandes frescos que se supone que representaban la iniciación de las esposas a los Misterios Dionisíacos. En la llamada Sala de la Gran Pintura, se desarrollan una serie de frescos que datan del siglo I a.C., que representarían los momentos sucesivos de un ritual que Roma intentó
limitar sin mucho éxito.
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