domingo, 27 de febrero de 2011

La escultura en el Renacimiento

Características de la escultura renacentista en Italia.
La aparición de lo que denominamos escultura del Renacimiento se entiende como el fruto de una evolución estética que viene desde el gótico. Además que, en el caso de Italia, estamos ante un país en que lo clásico pervivió de un modo especial a lo largo de toda la Edad Media y en el que el pasado romano impregna totalmente el ambiente cultural y artístico.

-El sentimiento clásico aparece antes en la escultura que en la arquitectura, ya en la Europa Gótica. Alcanza  una total independencia de la arquitectura y se desarrolla de  un modo absolutamente libre, en contraposición a los siglos de la Edad Media en los que la escultura había sido un complemento de la arquitectura y había permanecido subyugado a ella.

-En el Trecento, en Siena y Pisa, Nicolás y Juan Pisano difunden ya un arte naturalista y moderno. Es en Italia donde este temprano brote aparece debido a los abundantes restos de escultura romana que allí se conservaban.
-Utiliza materiales nobles como el mármol y el bronce, con los que se alcanza gran perfección.

-Los protagonistas son el hombre y la naturaleza, acentuándose el naturalismo, se busca la representación de la realidad, aunque a veces ésta se idealice, se intentan crear modelos ideales, que expresen el ideal humano tal y como se concibe en el Renacimiento. También es importante la preocupación por la expresividad de las figuras.

-En bulto redondo se realizan bustos, figuras de cuerpo entero, motivos funerarios y estatuas ecuestres; tampoco se descuida el relieve, utilizándose en la misma obra el alto, medio y bajo, para dar sensación de profundidad.

-La escultura renacentista se caracteriza por la proporción, la simetría y el canon; aunque continúa siendo fundamentalmente cristiana se subordina el simbolismo religioso a la consecución de la belleza, centrando su interés en la belleza formal de las figuras, estudiando así mismo la anatomía a través del desnudo y el retrato. También reaparecen los temas mitológicos.



Escultura italiana

La historiografía  divide este período entre los siglos XV y XVI, en dos etapas que toman el nombre de Quattrocento y Cinquecento.
- El Quattrocento
Mientras en el resto de Europa imperaba todavía el arte gótico, en Italia comienza en el siglo XV el Quattrocento o Renacimiento temprano. Es el momento en que triunfa el Hombre y la Naturaleza. La escultura va por delante de la arquitectura y de la pintura, desarrollándose vertiginosamente. Sus antecedentes tuvieron lugar en el sur de Italia, en la corte de Federico II, bajo cuya protección nació una escuela artística que traía ya luces anticipadas de lo que sería el Renacimiento del siglo XV. Fue la región de la Toscana durante el anterior periodo trecentista la que heredó esta nueva manera de hacer escultura en la figura de Nicolás Pisano, seguido por su hijo juan Pisano , y después Andrea Pisano (primeras puertas de bronce del Baptisterio de Florencia) y Nino Pisano.

                      Púlpito del baptisterio de Pisa, de Nicolás Pisano.

Nicolás de Puglia (Nicolás Pisano era el nombre con el que firmaba sus obras),  recibió el encargo de labrar el púlpito del baptisterio de la catedral de Puglia. Lo hizo siguiendo las nuevas corrientes aprendidas en Apulia sobre todo haciendo hincapié en la forma clásica del Hércules desnudo. Esta obra, el púlpito, está considerada como precursora del Renacimiento italiano.


Tras estos antecedentes, fue la ciudad de Florencia
 (ciudad próspera en estos momentos, con la poderosa familia de los Medici, mecenas y promotores del arte), la que tomó el protagonismo en la figura de su mejor representante: Lorenzo Ghiberti. A partir de este momento ya no se detectó ningún atisbo ni lastre medieval. La escultura florentina fue durante siglo y medio la dominadora del retrato de busto, del ecuestre, del relieve y del bulto redondo. El material empleado por excelencia en este periodo fue el mármol, seguido del bronce.

Ghiberti, Donatello y Jacopo della Quercia, como los mejores, seguidos por Ios della Robbia, Verrocchio, Antonio Pollaiuolo y Agostino di Duccio, formaron el grupo de grandes escultores de la escuela florentina del Quattrocento.

 "El David" de Donatello.

Esta etapa del Quattrocento comenzó con la obra escultórica de los relieves de las puertas del Baptisterio de Florencia realizados por Lorenzo Ghiberti, un joven escultor de veinte años. El Baptisterio ya tenía dos puertas labradas por Andrea Pisano en 1330, y en 1401 se convocó un concurso para las otras dos restantes. El concurso fue ganado por Ghiberti (en competición con Brunelleschi), terminando la primera de las dos puertas en 1424; su trabajo fue admirado y muy bien considerado, por lo que la ciudad le encargó la segunda puerta. Invirtió unos veinte años en labrar cada una; fue prácticamente la obra de su vida. Esta segunda puerta hecha por Ghiberti y cuarta del baptisterio es la conocida como "Puerta del Paraíso" , bautizada así por Miguel Ángel y considerada uno de los hitos del Quattrocento.

El segundo gran escultor de este periodo fue Donatello, diez años más joven que Ghiberti. Fue mucho más polifacético en su obra, concentrándose sobre todo en la figura humana. Donatello es tenido en la Historia del Arte como el precursor de Miguel Ángel y es, en verdad, un artista independiente, fogoso y realista. Su mayor interés fue la figura humana en las distintas edades, abarcando toda clase de tipos, gestos variados y expresando en su obra los estados espirituales más heterogéneos. Por otra parte, se considera a Donatello como un gran experto en el tema infantil, sobre todo en la expresión de la alegría de los niños (tribunas de las catedrales de
 Florenica y Prato). En la escultura de bulto redondo Donatello difundió el retrato renacentista del busto cortado horizontalmente por el pecho y no sobre pedestal (como era costumbre en la escultura romana). Esta manera de presentar los bustos-retrato fue adoptada por los escultores del Renacimiento y llegó casi hasta época barroca. 

En el siglo XVI el busto se fue alargando hasta ser cortado por la cintura. También dentro de la escultura de bulto redondo, Donatello fue el precursor de la figura a caballo en bronce en homenaje a un gran personaje y dispuesta en el centro de una plaza pública. La primera estatua ecuestre de Donatello fue la conocida como "Gattamelata" (condottiero Erasmo de Narni).
                                          Fuente Gaia en Siena.

Jacopo della Quercia  es el tercer gran escultor de esta escuela florentina y el único del grupo que no es natural de Florencia sino de Siena. Pertenece a la generación de Ghiberti. Su estilo es grandilocuente y masivo, en contraste con el estilo detallado de Ghiberti. Su obra maestra fue la portada central de San Petronio, en Bolonia, que comenzó en 1425. Se trata de una serie de relieves representando el Génesis y la infancia de Jesús, con bustos de profetas y la imagen de la Virgen de San Petronio. En sus relieves domina la monumentalidad y el tratamiento de hercúleos desnudos, anticipándose al estilo de Miguel Ángel. Jacopo della Quercia es el autor de la Fuente Gaia de Siena, de las tumbas de Ilaria del Caretto en Luca y de Galeazzo Bentivoglio en Bolonia.

El grupo de la familia de la Robbia está encabezado por Luca della Robbia, que se dedicó casi por completo al tratamiento de la infancia y juventud de la figura femenina. Luca creó una escuela en la que introdujo la técnica del barro vidriado, que fue apareciendo en los más diversos temas, desde el pequeño relieve hasta el retablo con copiosas figuras. También trabajó en mármol y en bronce. Andrea della Robbia, sobrino de Luca, fue el mejor dotado de sus seguidores. Es el autor de los tondos (medallones circulares) de niños labrados en el Spedale degli Innocenti
 de Florencia. El último del grupo fue Giovanni della Robbia, que no sólo era escultor, sino también decorador y, en ocasiones, alfarero.

                                   Lorenzo de Medici, por Verrocchio.

Andrea del Verrocchio estuvo muy influenciado por las obras de Donatello hasta el punto de repetir alguno de sus temas, como el David en Florencia o la estatua ecuestre del "condottiere Colleone" en Venecia (las dos de bronce). Verrocchio se caracteriza por su profundo estudio anatómico. Antonio Pollaiuolo fue también un buen representante florentino de la interpretación de la energía corpórea y del movimiento violento. Su obra maestra en este estilo es "Hércules y Anteo". Agostino di Duccio fue también un seguidor de Donatello, imitando su famoso "schiacciato", sobre todo en la decoración de la fachada del oratorio de San Bernardino en Perugia y en el templo Malatestiano de Rímini.

Otro gran escultor que trabajó en Módena fue Guido Mazzoni
 , cuya obra en su mayoría fue hecha en barro cocido pintado, técnica que estaba en estos momentos en gran auge. Una de sus composiciones más famosas fue el "Llanto sobre Cristo muerto" para la iglesia de San Juan de Módena, que a su vez debió influir en la obra del mismo título elaborada por Juan de Juni en 1463, a raíz de un viaje a las ciudades de Bolonia, Módena y Florencia. 

                             Llanto sobre Cristo muerto, de Mazzoni.

- El Cinquecento
El Cinquecento o pleno Renacimiento se desarrolló a lo largo del siglo XVI con características diferenciadas en cada una de las dos mitades del siglo, dominando el clasicismo en la primera y el manierismo en la segunda. Supuso el triunfo de las experiencias del Quattrocento. Una de sus características principales es el gusto por la grandiosidad monumental, teniendo siempre presente el hallazgo del Lacoonte. Mientras los artistas del Quattrocento crearon escuela en Florencia, los artistas del Cinquecento crearon sus obras y desarrollaron su arte principalmente en la ciudad de Roma, que pasó a ser el centro artístico del nuevo siglo. Florencia se mantuvo como ciudad renacentista importante, y se siguieron haciendo obras maestras de arte en la capital toscana durante este período, como el David, los sepulcros de las Capillas de los Médici, el Perseo de Cellini, etc. El artista representativo de este periodo es Miguel Ángel, personaje de gran fuerza y personalidad.

Miguel Ángel Buonarroti, discípulo también de la escuela florentina, resume en su persona casi todo el arte escultórico de su época en Italia (años 1475-1564). En los primeros treinta años de su vida conservó su cincel algunas tradiciones del siglo XV produciendo obras moderadas y bellas aunque vigorosas. A esta primera época se deben sus ponderadas esculturas de la Madonna de Brujas y la Piedad con algunos Bacos
 y Cupidos, y el David de Florencia. Pero desde el año en que los papas comenzaron a encargarle la construcción de grandiosos monumentos, creó un estilo gigantesco, vigorosísimo, lleno de pasión e independiente. De este género son las esculturas de los sepulcros de los Médici en la capilla de éstos en Florencia (de Julián y su hermano Lorenzo, cuya estatua sedente se conoce con el nombre de "Il Pensieroso" por su actitud pensativa) y las estatuas que preparaba el artista para el sepulcro del Papa Julio II sobre todo el famoso Moisés que halla en la basílica de San Prieto in Vincoli.


                                        "El David" de Miguel Ángel.

Sansovino
 (su nombre propio es Andrea Contucci) fue un artista educado entre los artistas florentinos que se manifiesta en sus esculturas amante de la forma exterior, de la anatomía  y del clasicismo, sobre todo en las estatuas que decoran los mausoleos del cardenal Ascanio Sforza y del obispo Basso Rovere en la iglesia de Santa María del Popolo, aparte de otras en Florencia y Venecia. Su discípulo Jacobo Sansovino trabajó principalmente en Venecia, siendo el gran difusor de la obra de Miguel Ángel. Una de sus mejores obras escultóricas es "el Baco".

Benvenuto Cellini
 fue, además de escultor, un gran orfebre. Su obra monumental en bronce de Perseo con la cabeza de Medusa fue un símbolo del triunfo de la familia Medici sobre la República florentina. Es el autor del Cristo de mármol del monasterio de “El Escorial”.


 "Perseo" de Cellini.

Bandinelli y Ammanati fueron dos escultores contemporáneos de Cellini que esculpieron para la plaza de la Señoría de Florencia las monumentales estatuas de Hércules y Caco y Neptuno. Los dos Leoni, Leone y Pompeyo (padre e hijo) fueron grandes fundidores en bronce y trabajaron principalmente en España, durante el reinado de Felipe II.

Los
 Médici o Médicis fueron una poderosa e influyente familia florentina. Ayudó al despegue del Renacimiento italiano.

De origen modesto (la raíz del apellido es incierta, reflejando posiblemente la profesión de "médico"), el poderío inicial de la familia surgió de la banca. El Banco Medici fue uno de los más prósperos y respetados en Europa. Con esta base, adquirieron poder político inicialmente en Florencia, y luego en toda Italia y Europa.

Juan de Médici, primer banquero de la familia, comenzó la influencia familiar sobre el gobierno florentino, pero los Medici se convirtieron en cabeza oficiosa de la república en 1434, cuando su hijo mayor Cosme de Médici toma el título de "Gran Maestro" la rama principal de la familia - formada por los descendientes de Cósimo - rigieron los destinos de Florencia hasta el asesinato de Alejandro de Médici, primer duque de Florencia, en 1537.
El poder pasa luego a la rama menor de los Medici - descendientes de Lorenzo de Médici - hijo menor de Giovanni di Bicci, comenzando con su tataranieto, Cosme I el Grande. La escalada de los Medici al poder fue relatada en detalle en la crónica de Benedetto Dei.
 Miembros de la familia Medici en un fresco pintado por Benozzo Gozzoli.

Los logros más significativos de los Medici fueron en el campo del arte y de la arquitectura, tanto que los talentos que ellos emplearon son hoy las referencias principales de ese período cultural en Italia y Europa.
Juan de Bicci de Médici, el primer mecenas de la familia, ayudó a Massaccio, y ordenó la reconstrucción de la iglesia de San Lorenzo en Florencia. Cosme de Medici patrocinó a notables artistas como Donatello y Fra Angelico. La principal "adquisición" de los Medici a través de la historia fue Miguel Ángel, que produjo una serie de obras para distintos miembros de la familia, comenzando con Lorenzo el Magnífico. Además de contratistas de obras de arquitectura y mecenas artísticos, los Medici fueron prolíficos coleccionistas, reuniendo multitud de obras que hoy forman la colección central de la Galería Uffizi en Florencia.
En arquitectura, los Medici son responsables de varios edificios notables en Florencia, incluyendo la Galería Uffizi, el Palacio Pitti, Jardines de Boboli, el Belvedere, y el Palacio Médici.